Miercoles, 02 de noviembre de 2022
Los Ojos del Júcar
El pasado fin de semana pudimos conocer mejor los arrabales de la ciudad de Cuenca gracias al evento “Cuenca, ciudad-paisaje”, que contó con una gran participación por parte de la ciudadanía, y donde parte de las actividades se celebraron en la demarcación de Cuenca del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla- La Mancha, que se convirtió en un espacio transformador, lleno de sensibilidades, pensamiento crítico y nuevas ideas.
Tuvimos el privilegio de poder disfrutar de una serie de ponencias:
La primera ronda fue sobre rehabilitación de edificios en la que el especialista en albañilería tradicional, Alejandro Ciudad Gallardo y el arquitecto José Ramón de la Cal nos dieron unas clases magistrales.
Por un lado, se habló sobre la rehabilitación con técnicas tradicionales y por otro, de cómo rehabilitar un edificio con la mínima intervención.
Estas dos charlas derivaron a un debate de urbanismo, que fue el preámbulo perfecto para la siguiente charla.
Pablo José Palacios fue el primero en hablar de la siguiente temática (urbanismo y ecología) hablando sobre proyectos de ciudad,
Juan Ramírez nos presentó el concurso ganador de las escaleras mecánicas y para concluir, pudimos asistir a una charla sobre ecología urbana de la mano de Antonio Martín, CEO de la Asociación Iberozoa, el cual dio una visión no antropocéntrica del urbanismo evaluando el impacto de nuestros planeamientos en el entorno y viendo como las especies se van adaptando.
El día se cerró con un concierto de Tribu Cendra: música tradicional celta que amenizó el final de este sábado tarde.
No es casual que la figura del arquitecto fuese la protagonista en esta jornada ya que hablar de ciudad es hablar de arquitectura y urbanismo. Pero la arquitectura y el urbanismo no son solo para los arquitectos. Estas disciplinas pueden formar (y deben hacerlo) relaciones interdependientes con otras como la biodiversidad, la movilidad, la sostenibilidad, el arte, el feminismo, la intergeneracionalidad, la cultura o la diversión.
En definitiva, esta jornada acogio a mucha gente involucrada, interesándose por la arquitectura y queriendo participar en los debates.
Una sociedad interesada y participativa, es la mejor fórmula para hacer mejor ciudad.